Por Hubert Ballesteros,
Prisionero Político
Es una especialidad del
actual gobierno del presidente santos.
En este sentido podríamos mencionar
muchas de las normas expedidas en los últimos tres años.
Por ahora, me referiré,
solo la directiva presidencial 09 del 16
de octubre de 2013.
Denominado “pacto nacional agropecuario”.
El presidente santos se negó
a reconocer la existencia del paro; manifestando “ese tal paro agropecuario no existe”.
La fuerza de los hechos lo
obligo a aterrizar en el país real, en la Colombia que él no ve o no quiere
ver.
Son permanentes las abstracciones
que el señor presidente hace en sus alocuciones
cuando nos habla de la situación nacional, le parece a uno y él, así lo cree
que es el presidente de Noruega o Dinamarca, todo anda muy bien.
Lo primero que ocurrió con
la convocatoria al denominado “Pacto nacional agropecuario” fue que solo
acudieron los empresarios y uno que otro despistado. Los campesinos, los indígenas,
los afrodescendientes y los agricultores que se encontraban en el paro no
acudieron a este llamado.
La razón de esta negativa es
que al “perro no lo capan dos veces”.
Han sido muchas las
oportunidades en que el gobierno ha tratado de enredar al campesinado en las
llamadas alianzas productivas: como decimos los campesinos, “eso es cuento
viejo”.
Señor presidente santos, esa
versión de aparcería ya trataron de vendérnosla el presidente pastrana y su
ministro de agricultura señor Carlos Murgas Guerrero, por cierto también palmicultor
como su actual ministro Rubendario Lizaralde de Montoya.
Lo harto de todo este asunto
es que nos sigan creyendo pendejo.
El modelo de desarrollo
rural que ustedes nos han querido imponer es un fracaso.
La neo-aparcería no es la solución a los
problemas de campo. No es mediante la producción de materias primas y menos de
obras baratas como saldremos del atolladero en que nos han metido las políticas
anticampesinas del régimen colombiano. No es mostrando por los medios de
comunicación actas de supuestos acuerdos y consensos con organizaciones a veces
inexistentes o con poca honorarepresentatividad,
como superaremos el actual estado de cosas que afectan a los productores y a las
poblaciones rurales.
Colombia necesita más que un
pacto de productividad por las alturas; un pacto social y económico que
entregue a la población rural posibilidades reales de superación de la pobreza
y el marginamiento, para ello requerimos:
a) Un cambio
en el modelo de desarrollo rural que permita a la economía campesina desplegar
todo el potencial que tiene y ha demostrado en productividad y competitividad
sin apoyo, y más bien en contra del estado.
b) Una integración
de la producción campesina en la economía de escala, con derecho a participar
en el valor agregado y como proveedores de materias primas baratas para la agroindustria
de (agricultura por contrato).
c) Una reforma
agraria integral, democrática que redistribuya la tierra y garantice el acceso
de la población rural a todos los factores económicos para la producción. ( créditos,
tecnología e información sobre mercados)
d) Poner
fin a la importación de materias primas y alimentos de origen agropecuarios.
e) Características
de propiedad y territorialidad a la población rural (indígenas, afros y
campesinos).
Presidente santos. No aceptamos
otro pacto de Chicoral, no aceptamos alianzas de burro y jinete solo aceptamos
una mutua política agropecuaria que dignifique al trabajador y productor del
campo. Por eso; no estamos de acuerdo en el llamado “pacto nacional agropecuario”.