Por Hubert Ballesteros
¿Cómo podría un gobierno, que defendió a capa y espada el TLC, el
estatuto de desarrollo rural (declarado inexequible por la corte
constitucional), se opuso a la ley de reparación de víctimas y restitución de
tierras, ser entonces garantía de solución para los problemas del
campesinado?
Da vergüenza ajena como colombiano que soy, escuchar y ver con que
bajeza se viene adelantando la campaña política presidencial en nuestro país;
Parece más el enfrentamiento de dos capos, que de dos líderes políticos que
aspiran a conducir el destino de Colombia.
Qué tristeza, la falta de vergüenza de algunos candidatos; y la falta de
memoria de muchos colombianos.