miércoles, 1 de octubre de 2014

CONGRESO NACIONAL SINDICAL ALTERNATIVO

Una  necesidad de la clase obrera y el movimiento sindical colombiano.

Un hecho reconocido  a nivel global, es la crisis creciente del capitalismo, y sus nefastas consecuencias como sistema económico sobre la mayoría de la población a nivel mundial. Sobre los recursos naturales, sobre los sistemas políticos, y sobre los valores humanistas y de solidaridad del ser humano.
Lejos, muy lejos, suena hoy la célebre frase de  FUJUYAMA  del ¨fin de la historia¨ el cacareado triunfo del capitalismo sobre cualquier otro sistema, y sus posibilidades para resolver los problemas de hambre, inequidad social, falta de democracia y enrumbar a la humanidad toda en la senda de progreso, no son ya otra cosa que frases trasnochadas de economistas ortodoxos cuya visión conservadora de la economía y del mundo no les permite reconocer  que la rueda de la historia no se detiene y que MARX  tenía razón y su pensamiento sigue vigente.
Algunos, explican las sucesivas crisis del sistema, como fenómenos del modelo neoliberal; ensayan fórmulas que  se convierten en paliativos pues las crisis del sistema se producen cada vez con mayor frecuencia y profundidad.


Con cada crisis, el círculo de los dueños de los medios de producción se hace más pequeño,  pero más ricos y más poderosos; mientras el número de empobrecidos cada vez es más grande y por supuesto mucho más pobres.
Hoy, los promotores del neoliberalismo,  como Josep Estigliz reniegan de él, y tratan de convencernos de que el sistema es bueno pero el modelo económico es malo.
Nada más falso que eso. El problema estructural está en el sistema mismo, es de su naturaleza y sus leyes como predijeron MARX y ENGELS se cumplen inexorablemente.
La oligarquía transnacionalizada que hoy controla y se beneficia del sistema, busca mediante  la guerra, la sobreexplotación de los recursos naturales, la explotación de la mano de obra de los trabajadores ¨nueva esclavitud¨  y el sistema financiero (economía de mentiras) resolver los graves problemas que tiene el sistema.
Podríamos decir que lo logra parcial y temporalmente. Pero las consecuencias que cada una de ellas  deja en la población, va generando de todos los países capitalistas   un cuadro desolador de hambre, pobreza, violencia y destrucción de nuestro planeta  como nunca antes  se había visto.
Cuando la crisis económica llega, lo primero que se sacrifica es el bienestar y los derechos de los trabajadores a renglón seguido los derechos y conquistas sociales de los más pobres.
Esta constante se repite una  y otra vez en todos los rincones del planeta donde el capitalismo impera como sistema económico.
Colombia, sin ser un país capitalista desarrollado, vive, se desenvuelve y está sujeto a este sistema. Aunque los economistas del gobierno, presenten el crecimiento económico del país como un triunfo ante la crisis generalizada del capital; la verdad es que esconden deliberadamente las razones de la misma.
Dos cosas que a mi modo de ver no explican: La primera, que lo que presenta Colombia es un crecimiento económico mentiroso, ya que no es  producción industrial ni ensanchamiento  del aparato productivo lo que genera ese crecimiento. En realidad es un incremento en la exportación de materias primas  hacia países como China lo que produce un aumento en el PIB.
Lo segundo, es que los efectos a mediano y largo plazo de este fenómeno pueden ser catastróficos para la economía; un país que dependa fundamentalmente  de la exportación de materias primas como es el caso nuestro, sufre necesariamente los efectos de  una desaceleración del crecimiento en los países compradores.
Sin mencionar, que dentro del sistema capitalista, crecimiento económico no significa  mejores  condiciones de vida para los trabajadores y la población en general. Pues el problema no está en la producción y la productividad sino en la distribución de la riqueza que se produce mediante la fuerza de trabajo de millones de trabajadores; pero de la cual se apropian unos pocos capitalistas.
 Nuestro país, aunque dependiente del sistema capitalista, se encuentra inmerso en un conflicto político, social económico y armado como resultado de diversas tensiones que se han hecho crónicas con el paso del tiempo: Desde comienzos del siglo pasado, el enfrentamiento entre dos visiones distintas de desarrollo; la de la tradición latifundista heredada de los  españoles, y los intentos de  modernización capitalista, han enfrentado a dos sectores de la burguesía nacional.
Este enfrentamiento, no solo genero la violencia Liberal Conservadora que  se vivió en la mitad del siglo XX. De alguna manera, los acuerdos de la burguesía para acabar con el enfrentamiento partidista  marcaron la senda de un modelo de desarrollo que freno las reformas capitalistas y mantuvo el sistema atrasado de gran propiedad inexplotada. Pero que a la par, cualifico el conflicto dándole un carácter marcadamente de clase.

La poca y dependiente industria nacional, ha venido siendo desmantelada y su producción remplazada  mediante la importación masiva de todo tipo de mercancías. Los efectos como siempre no se hacen esperar, siendo la calidad del empleo y la cantidad disponible de este,  el resultado inmediato.
¿Cómo ha logrado esta burguesía mantenerse en el poder a pesar de la forma tan desastrosa como a conducido los destinos del país en los últimos ciento noventa y cinco (195) años?
La violencia oficial y para estatal, ha sido la formula mediante la cual  ha impuesto todas sus medidas económicas y políticas, esto le ha servido además, para mantener un sistema político antidemocrático; bipartidista hace unas pocas décadas, y disfrazado de multipartidismo en la etapa más reciente, pero en el cual solo están representados los dueños del capital y los corruptos que defienden sus intereses.
Aunque  el capitalismo siempre ha atacado  al movimiento sindical; en Colombia la década del noventa, represento el inicio de una ofensiva que busco destruirlo y/o someterlo a las condiciones que  este impuso.
El asesinato, el encarcelamiento  y la persecución generalizada fue la  herramienta principal usada por el Estado y los empresarios para doblegar la resistencia obrera.
Pero esta estrategia criminal, estuvo a demás combinada con reformas legales y corrupción de la dirigencias  sindical. Quienes sin el menor asomo de vergüenza y  respeto por la memoria de aquellos miles que han caído defendiendo la causa obrera, vendieron sus conciencias  y cambiaron sus discursos, para decirle a los trabajadores,  las cosas que les gusta oír a los patronos. ¨concertación, conciliación¨.  Nada de confrontación, huelga, movilización o paro. Las palabras lucha de clases y socialismo fueron  desterradas, fueron proscritas, so pena de ser tildado de cavernícola, dinosaurio o Estalinista.
Esto ha llevado, a que una corriente muy fuerte dentro del movimiento sindical, adopte posiciones que ellos defienden como pragmáticas; a la luz, según ellos, de los  cambios operados en el mundo del trabajo en las últimas tres o cuatro décadas. Argumentan, que dada la situación actual de desarrollo del capital, lo que está al orden del día, es la defensa de las pocas conquistas que aún quedan, llevando al movimiento sindical a la defensiva, se niegan por incapacidad o complicidad a  orientar a los trabajadores a la lucha contra el sistema, dejándolos presos del economicismo, mientras ellos pelechan desde sus cargos convirtiéndose en lo que MARX llamo la burguesía sindical.
La crisis del movimiento sindical, podemos  ubicarla en tres campos:
a)     El ideológico o filosófico.
b)     El político.
c)       El organizativo.
Una crisis ideológica, política y organizativa que ha producido un retroceso, no solo  en las  condiciones de trabajo  sino también en la conciencia de los trabajadores, por cuanto pierden identidad y conciencia de clase masivamente; situación que es aprovechada por el Estado y los patronos, para adelantar una labor de cooptación de dirigentes y estimular la división de los sindicatos paralizando así la acción de los trabajadores.
En lo ideológico, el sindicalismo asumió como cierta la tesis del fin de la historia, y la inevitabilidad histórica del capitalismo como sistema final del desarrollo de la humanidad.
Esta actitud, ha generado cambios en la conciencia de clase  de los trabajadores quienes  hoy se creen el cuento de que la relación entre capital y trabajo es una relación entre iguales.
Esta concepción, niega de plano no solo la explotación del trabajo ajeno por parte del capitalista, y se considera que siendo una relación ¨entre iguales¨, no existe lucha de clases  y las diferencias son solucionables por la vía de la concertación convertida en   el medio único y principal para estimular  el corporativismo  asimilando Estado, Capital y Trabajadores.
En lo político, medidas como la flexibilización laboral  ha generado formas extremas de explotación de la mano de obra, llamadas tercerización, la imposibilidad de crecimiento de las organizaciones sindicales, las cuales se han reducido drásticamente; contrastando esta situación con un crecimiento acelerado del trabajo informal y por cuenta propia, colocando a los trabajadores sindicalizados en minoría frente al conjunto de los trabajadores.
Otro aspecto problemático en lo político, lo constituye, la forma como nuestro país, transita de la economía ilegal generada en el narcotráfico a la inserción de estos  dineros en la economía formal fundamentalmente en la economía extractiva, la ganadería y los agronegocios. Aumentando el grado de dificultad para el trabajo sindical que históricamente ha enfrentado  la violencia de la burguesía más sanguinaria del continente.
Aunque existe conciencia  en el movimiento sindical, de ser una minoría entre los trabajadores del país, y de que  el capitalismo afecta no solo a los trabajadores vinculados laboralmente con cualquier tipo de contrato; las dificultades para avanzar en procesos unitarios más allá del movimiento sindical son notorias.
Estos elementos de crisis, no le han permitido al movimiento sindical jugar un papel destacado en la coyuntura política  actual.  Coyuntura en la cual se discute entre gobierno e insurgencia, la posibilidad de ponerle fin al conflicto social armado que vivimos los colombianos desde hace cinco décadas  y en donde el movimiento  sindical, en representación de los trabajadores, debe jugar un papel en el cual demuestre su madures política y su capacidad de movilización.
En el plano de lo organizativo, muchos son los males por superar. Encontramos en ellos, razones  tanto de orden interno como externo.
Entre los externos, las razones de mayor importancia son las formas de contratación que impone el capital, lo que ha hecho imposible  la contratación colectiva y  a  término indefinido y por ende la sindicalización de los trabajadores; también  la violencia contra  el movimiento sindical ha sido un factor determinante en la desaparición de estructuras completas del movimiento sindical.
En  el orden interno, la dispersión y la división del movimiento sindical, sumado a la poca iniciativa y compromiso por participar  en espacios unitarios, le ha hecho aislarse de la luchas sociales y políticas más allá de le reivindicativo laboral.
En este mismo sentido de lo interno, está la corrupción y la perdida de los principios por parte de un sector de la dirigencia sindical, que entregados a la conciliación con  el estado y los patronos han abandonado la tarea de luchas por los derechos de los trabajadores y ni qué decir del abandono de la tarea histórica de la clase obrera.
Un asunto serio por resolver en la Central Unitaria en particular, es la manera como se eligen sus comités ejecutivos tanto el nacional como en las subdirectivas departamentales; el sistema de elección directa, hizo crisis debido a la poca transparencia y a los vicios que el movimiento sindical ha heredado del sistema político del Estado.
La imposición  del esquema de sindicatos por rama industrial, termino por enfrentar distintas posiciones al interior de la central; la razón es muy sencilla: este proceso, si bien es una definición de la central desde su creación, no fue adelantado  en la debida forma, ni obedeció a una decisión autónoma de la central tomada en el contexto político y social nuestro ni tuvo en cuenta el grado de desarrollo de sindicalismo en nuestra central y el país. En  realidad fue la necesidad de cumplir con un proyecto de cooperación internacional y la intención  hegemonizante de ciertos sectores políticos con fuerte presencia en algunos sindicatos, quienes buscaron mediante esta figura,  obtener una posición dominante en sectores específicos. Lo demuestra, el cómo desde la junta y el ejecutivo nacional, se pretende imponer la fusión de los sindicatos de base y/o empresa en determinados sindicatos, privando a las organizaciones de participar en la discusión y la decisión sobre un asunto tan importante.
Por ejemplo: Pretender que toda la diversidad regional del campesinado se agrupe en un solo sindicato campesino, o que todos los asalariados agrícolas pertenezcan a Sintrainagro, desconociendo las discusiones políticas que históricamente se dieron a su interior y la forma como una fuerza política se impuso para quedarse con el control absoluto de esta organización sindical.
La organización sindical por rama de industria o de la producción, además de ser un objetivo de la central, podría ser una fortaleza para los trabajadores, si su implementación no rompe; como ha venido sucediendo; con principios tan importantes como la autonomía, la libertad de filiación política de sus integrantes y la democracia sindical.
En este orden de ideas; los objetivos y las tareas post-congreso alternativo deberían ser:
1.      Alcanzar la unidad de acción, política y orgánica de los trabajadores. Tanto los sindicalizados como no sindicalizados.
2.      Recuperar los principios de clase en la lucha  del movimiento sindical.
3.      Vincular nuevamente el movimiento sindical a la lucha social y política con    otros sectores, sin animó vanguardista y con el objetivo de sumar en la construcción de una fuerza capaz de presionar los cambios que el país requiere.
Para lograr estos objetivos, es necesario trabajar en materializar entre otras las siguientes tareas.

a)     Constituir una coordinadora nacional sindical y de trabajadores de carácter  clasista. (con organizaciones  de primero y segundo grado, que estén o no confederadas.
b)     Crear una comisión de trabajo ideológico y de propaganda.
c)      Crear la escuela nacional de cuadros y las regionales donde  aún no existen.
d)     Desarrollar actividades de educación y discusión con las bases de los sindicatos.
e)     Lograr que la coordinadora sindical y de trabajadores, participe de espacios como el frente amplio por la paz y la democracia, el movimiento nacional por la paz y la asamblea nacional constituyente y otros espacios de articulación para la lucha social y política como el Comosopol.
Recuperar el movimiento sindical para la lucha por el poder, superando   la situación actual de estancamiento político, en el cual los  dirigentes han convertido las organizaciones en  trampolín para sus intereses personales en lo político y lo económico.
La coyuntura política nacional e internacional, exige de nosotros actuar con la mayor madures y decisión posible.
En la era del capital, la clase obrera tiene una misión que cumplir. Nosotros somos responsables de que se cumpla.
No seamos inferiores a ella.

Hubert Ballesteros Gómez.
Prisionero político.
Líder sindical de Fensuagro, CUT y FSM

Miembro de la junta patriótica nacional de Marcha Patriótica.